Lo que me enseñó Agar
- Marco Antoni
- 4 may 2021
- 13 Min. de lectura
Génesis 16
Introducción: .
Sabía muy poco quién había sido Agar por qué solo hay un capítulo que habla de ella. Pero al terminar el capítulo que habla de ella, cambió mi concepto del amor que Dios alberga por cada uno de nosotros.
Agar era la sirvienta egipcia de Sara, esposa de Abraham. Al principio aparece como un personaje secundario en la crónica de Abraham y de los pactos que Dios hace con él. Dios le había prometido a Abraham una descendencia incontable como las estrellas; pero Sara —que seguía sin quedar encinta y se impacientaba al no ver cumplida la promesa de Dios— le pide a Abraham que tome a su sierva Agar por concubina.
Abraham acepta, y al poco tiempo Agar queda en estado. Ahí es cuando las cosas comienzan a complicarse. Tanto la tradición judía como la musulmana concuerdan en que Agar era esclava de un faraón y que le había sido entregada a Abraham como ofrenda en uno de sus viajes a Egipto. Es difícil saber si fue así o no. Pero más allá de su condición, empecé a imaginarme lo aislada que debió de sentirse en medio de un pueblo y una cultura completamente distintos. Puede que entonces, al caer en la cuenta de que está embarazada, piense que las cosas para ella están repuntando. Tal vez abriga la esperanza de que eso le permita definir su identidad en medio de esa gente extraña. Quizá se regodea. Sea como sea, la Biblia dice que comienza a «mirar con desprecio a su dueña»2.
Sara se queja a Abraham, y este le responde que Agar es asunto de ella y que puede hacer con ella lo que mejor le parezca. La decisión de Sara, cualquiera que fuera, motiva a Agar a huir al desierto embarazada. En la siguiente escena está junto a un manantial, aplacando su sed.
Enseguida viene la parte que me encanta: Dios manda a un ángel a buscar a esa chica fugitiva y convencerla para que regrese al campamento de Abraham. A estas alturas probablemente tiene la autoestima por los suelos y le parece que nadie la quiere. Es una chica con sus errores y sus fallos, con su ego. Una egipcia que a lo mejor sigue aferrada a sus tradiciones y adora a otros dioses. Una muchacha que ha desairado a su señora. Una joven que sin duda alguna seguirá metiendo la pata muchas veces en la vida.
No obstante, en pleno desierto, cuando está sumida en la desesperación, Dios se le aparece, ya que más allá de las circunstancias, de las decisiones tomadas y los errores cometidos, late el corazón de una criatura a la que Él ha insuflado aliento de vida. Y es justamente eso lo que toma en cuenta Dios cuando envía al ángel a rescatar a esa muchacha cuya existencia concibió en Su imaginación y cuya historia consignó en Su libro.
Ese singular encuentro con el ángel en el desierto basta para animar a Agar a regresar a casa. Pero antes de volver le pone nombre a ese Dios que sale a su encuentro en el desierto y le habla. Lo llama «El Dios que me ve»3.
Todos tenemos días en que no nos vemos o no nos sentimos muy bien que digamos, ¿cierto? En esos días suelo andar con el pelo feo, un suéter raído —muy cómodo pero horrible—, ropa que no combina y un intenso deseo de que nadie me vea. De la misma manera, a veces mis lacras espirituales me llevan a esconderme, como cuando me asaltan dudas sobre mi amor por Dios o caigo en actitudes que necesito desechar. O cuando descuido la oración o no cumplo bien mis obligaciones. Son cosas que hacen que me sienta bastante indigna de estar en presencia de Dios.
Sin embargo, los momentos transformadores son precisamente aquellos en que nos sentimos más indignos de ser amados y aun así Dios hace algo por nosotros y nos asegura que seguimos siendo dignos. Fue justo eso lo que hizo por Agar ese día. Le demostró que la amaba, que velaba por ella y que tenía un designio para ella. Ese es el potente efecto de ser vistos por Dios. Fue lo que le dio a Agar las fuerzas para cambiar de rumbo y regresar a una situación que apenas unos días antes se le hacía intolerable.
Hay muchos aspectos de ese relato que me gustan, pero a continuación resumo los tres principales:
1. En primer lugar, que para Dios no hay actores secundarios. A lo mejor la narrativa bíblica comprimió lo referente a Agar en uno o dos capítulos, confiriéndole lo que podría considerarse un papel auxiliar en el contexto de la historia de Abraham y Sara. Pero eso no quita que Dios tuviera un libro sobre Agar, en el cual ella era la protagonista: la historia de su vida. Eso se aplica a todos los que se sienten actores de reparto en la historia de otra persona.
Somos ÚNICOS PARA DIOS. La Palabra de Dios es la que nos define, y no lo que otros piensen o digan acerca de nosotros.
1 Corintios 12:22: “Antes bien, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios”
Hoy en día se habla mucho acerca de tener una autoestima sana. Esto permite una buena oportunidad para conversar acerca de este tema, de acuerdo a lo que nos enseña la Biblia. Así fue como le ocurrió a un preocupado “dedo gordo” que un día se presentó ante el pastor para recibir ministración. Ante la mirada atónita del ministro, el dedo repetía que nadie lo quería, que todos lo menospreciaban por ser parte del pie, que su apariencia tan gorda, torcida y larga no lo ayudaba en nada. El pastor enseguida, secó sus lágrimas y le dijo que la obra de Dios se debilita por causa de muchos que piensan que nada tienen para dar; se comparan con otros (en este caso, dedos) y porque no se ven con el mismo carisma o capacidad de otros, creen que entonces no tiene significado su vida.
Estas comparaciones jamás dejan un saldo positivo. Ya que si alguien se compara con otro y se siente superior, caerá pronto en el pecado del orgullo; pero si se compara y se siente inferior, fácilmente puede caer en la envidia o la autocompasión. – Eres único y especial para Dios (lo consolaba el pastor). No solamente tienes dones que el Señor ha depositado en ti, sino que tu vida misma, es un don de Dios. Nadie puede amar como tú, predicar como tú, sonreír como tú. Como nos enseña Santiago 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”. ¿Hay algo bueno en tu vida? Dios te lo ha dado porque eres único y es para que lo uses.- Dicho esto, el pastor le sonrió al dedo gordo y éste se fue feliz. Desde ese momento supo que sin él, entre otras cosas, el cuerpo no podría alcanzar su máxima estatura. ¡Y eso no es poco! El dedo había logrado entender por fin, que era único y que era importante permitir que Dios sanara su autoestima. ¿Qué significa tener una sana autoestima? Es mirarnos a nosotros mismos, como Dios nos ve. Reconocer que tenemos virtudes y también defectos, pero Dios está haciendo una obra maravillosa en nuestra vida, pues para Él somos muy valiosos y necesarios. La Palabra de Dios es la que nos define, y no lo que otros piensen o digan acerca de nosotros. Ni siquiera nos define lo que nosotros mismos pensamos de nosotros mismos. Por eso debemos alinear nuestros pensamientos con la verdad de Dios. Si nos consideramos mejores que los demás, podemos dar lugar al orgullo, la jactancia, y la auto-suficiencia. Si nos consideramos menos que los demás, podemos dar lugar a la depresión, los complejos de inferioridad y nos descalificamos para servir a otros. O quizá entremos en un espíritu de competencia “para demostrar” que también valemos. Conclusión: ¡No te compares! ¡Eres único! Los que se consideran poco, entierran su talento y Dios no los puede usar. Recordemos al siervo malo de la parábola: Mateo 25:14-30. Este siervo recibió un solo talento, pero quizá se comparó con los otros que recibieron más. Y tuvo miedo aún de perder lo poco que tenía ¡y terminó perdiendo todo! No menosprecies lo que Dios te dio. Él sólo va a pedirte cuentas acerca de tu fidelidad, sin mirar lo que hicieron o recibieron otros. Sólo cuenta tu fidelidad. Y entender que para Dios nada es poco. Tu vida es valiosísima y te necesita. Por tanto, recuerda que eres único para Dios. Y es necesario que vivas con tu autoestima sana. No comparándote con nadie, sino permitiendo que sea el Espíritu Santo que te guíe en el camino. Es la Palabra de Dios la que mejor te define y te motiva a dar todo de ti para dejar ¡una gran huella en este tiempo! ¡Eres único e irrepetible Tal vez como Agar sientas que no importas y que tal vez pienses que no se pierde nada si vienes o no a las reuniones, que si te vas de la iglesia, etcétera. Sin embargo Dios te mira y el tiene un libro en su memoria de toda la historia que llevas en tu corta vida y está dispuesto a ayudarte a qué tomes buenas desiciones. Malaquías 3:16.
En una ciudad a punto de ser conquistada se escucha un gran alboroto, caballos, carruajes y gritos de hombres que se preparan para la guerra ,todos saben que son los egipcios que han arribado para conquistar una ciudad más, con su poder, y su ejército, la oposición que hagan los hombres de la ciudad no será suficiente, todos en la ciudad comienzan a correr y a esconderse, pero aún con lo que puedan hacer no será suficiente para escapar de las garras del ejército Egipcio. Al final a pesar de la resistencia que hicieron los hombres la cuidad ha sido tomada, saqueada y quemada. Todos se deben preparar para lo peor, las mujeres jóvenes y bellas han de ser esclavizadas y puestas a disposición del faraón, los varones fuertes serán esclavizados para desempeñar trabajos forzados. La vida que les espera sin duda será muy difícil. Entre la multitud hay una joven que da grandes gritos cuando es apartada de su madre y puede ver cómo su padre muere ante sus ojos al tratar de defenderles. Su nombre es Agar. Puestas en un carro con un puñado más de mujeres esclavas es llevada en presencia del Faraón como un botín de guerra. Por lo que le ha dicho su madre nadie ha salido de Egipto, y sabe que de aquí en adelante nunca más volverá a ver a su madre y a su familia. Su vida acaba de tomar un rumbo distinto. Tendrá que resignarse a vivir en una ciudad amurallada y a conformarse a ser una concubina más del Faraón. Nadie ha salido de Egipto siendo esclavo(a). Sin embargo hoy a acontecido algo extraño, el faraón ha mandado por una virgen al palacio, para ofrecerla como un presente a un hombre que ha venido de lejanas tierras, al parecer el Faraón ha encontrado a este hombre de buen parecer e importante. Así que la costumbre es obsequiar regalos a su huésped. Así que decide obsequiar a una de las vírgenes que recientemente han llegado a su palacio. Agar es llevada frente aquel hombre que parece una buena persona y además está acompañada de su bella esposa. Ahora ella sabe que estará aún más lejos de su tierra y de su parentela. Su vida nuevamente a tomado otro rumbo. Ella no sabe si lo que sigue será mejor o peor. Ella no lo sabe pero Dios si Habacuc 3:17,18 los más feos, y a pesar de ello sigue creyendo en ti. Donde sea que te halles ahora mismo, sea cual sea el estado espiritual en que te encuentres, Dios te ve y cree en ti. En la historia Agar huye al desierto porque no puede soportar la humillación que está padeciendo. No obstante, en pleno desierto, cuando está sumida en la desesperación, Dios se le aparece, ya que más allá de las circunstancias, de las decisiones tomadas y los errores cometidos, late el corazón de una criatura a la que Él ha insuflado aliento de vida. Y es justamente eso lo que toma en cuenta Dios cuando envía al ángel a rescatar a esa muchacha cuya existencia concibió en Su imaginación y cuya historia consignó en Su libro.
Ese singular encuentro con el ángel en el desierto basta para animar a Agar a regresar a casa. Pero antes de volver le pone nombre a ese Dios que sale a su encuentro en el desierto y le habla. Lo llama «El Dios que me ve»3. Todos tenemos días en que no nos vemos o no nos sentimos muy bien que digamos, ¿cierto? En esos días suelo andar con el pelo feo, un suéter raído —muy cómodo pero horrible—, ropa que no combina y un intenso deseo de que nadie me vea. De la misma manera, a veces mis lacras espirituales me llevan a esconderme, como cuando me asaltan dudas sobre mi amor por Dios o caigo en actitudes que necesito desechar. O cuando descuido la oración o no cumplo bien mis obligaciones. Son cosas que hacen que me sienta bastante indigna de estar en presencia de Dios.
Sin embargo, los momentos transformadores son precisamente aquellos en que nos sentimos más indignos de ser amados y aun así Dios hace algo por nosotros y nos asegura que seguimos siendo dignos. Fue justo eso lo que hizo por Agar ese día. Le demostró que la amaba, que velaba por ella y que tenía un designio para ella. Ese es el potente efecto de ser vistos por Dios. Fue lo que le dio a Agar las fuerzas para cambiar de rumbo y regresar a una situación que apenas unos días antes se le hacía intolerable . En este pasaje sale a relucir uno de los tantos nombres de Dios: El roi que significa el Dios que me ve. Este nombre fue dado a Dios por Agar la cual huía de su señora Sarai por causa de su desobediencia. Posiblemente Agar ignoraba el hecho de que existía un Dios que la observaba y que conocía las razones de sus problemas y estaba interesado en ella a tal punto que le llamo a aquel pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”.
Salmo 139:7- Este mismo Dios nos observa por lo que deberíamos considerar nuestra manera de vida. DIOS ES EL QUE VE EL PECADO Y LO DESAPRUEBA. Generalmente los seres humanos dejamos de hacer muchas cosas malas solo por el hecho de que hay otros que nos observa, pero no tomamos en cuenta que toda mala obra es observada por Dios. Agar se había comportado con rebeldía y se había olvidado que ella era tan solo una esclava, esto la llevo a ser expulsada del campamento de Abraham por su señora Sarai, por eso el ángel del Señor le dijo: “Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano”, (Génesis 16:9), recordándole que era por su pecado que se encontraba en esa situación. Muchas personas pecan sin tener en cuenta que lo hacen en presencia de Dios y esto a le es desagradable, y muchos se encuentran en dificultades como Agar por su mismo pecado. Sin embargo, Dios nos enseña cómo hacer para ganar el favor de Él: obedecer su palabra. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti. Muchos dolores habrá para el impío; más al que espera en Jehová, le rodea la misericordia”.
Salmo 32:8-10
Los ojos de Dios están puestos sobre nuestras vidas y un día estaremos delante de su presencia y seremos juzgados conforme a nuestras obras, si estas fueron buenas ganaremos su aprobación, pero si fueron malas recibiremos el castigo eterno.
“Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos”.
Proverbios 15:3 Dios observa nuestras vidas y nos amonesta a través de su palabra a arrepentirnos de nuestro pecado porque de lo contrario recibiremos el castigo eterno. EL VE NUESTRA ANGUSTIA CON SUMO INTERÉS DE AYUDARNOS.
“Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche”.
Génesis 31:42 Dios nos observa a todos, no como un simple espectador al cual no le interesan nuestras necesidades, sino todo lo contrario, el observa porque desea ayudarnos. Cuando Jacob contaba como había sufrido a lo largo de los 20 años que sirvió a Labán, pero Dios vio su sufrimiento y le otorgo su misericordia. De igual manera, cuando Israel estaba cautivo en Egipto, Dios envió a Moises a liberarlos diciéndole que había visto su sufrimiento.
3.Enn tercer lugar, me encanta que Dios saliera al encuentro de Agar cuando ella huyó. Han sido tantas las ocasiones en mi vida en que he huido de las circunstancias. A lo mejor no físicamente, pero sí me escabullí emocionalmente o me cerré al sentirme abrumado. Sé que le he hecho lo mismo a Dios. Pero Él sabe con precisión dónde me encuentro —emocional, física e incluso geográficamente—, y nada puede separarme de Su amor.
3. DIOS INTERVIENE (Génesis 16:7-12) 7 Allí, junto a un manantial que está en el camino a la región de Sur, la encontró el ángel del SEÑOR, y le preguntó: —Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? —Estoy huyendo de mi dueña Saray —respondió ella. Noten que Dios la llama “Agar.” El conoce su nombre. El ATESTIGUA que ella es la empleada de Sara. Dios no solo sabe quién es ella, pero también a que se dedica. Y Dios sabe exactamente quién eres tú. ¡EL SABE COMO TE LLAMAS! ¡EL SABE TODO ACERCA DE TI!
9 Vuelve junto a ella y sométete a su autoridad —le dijo el ángel—. 10 De tal manera multiplicaré tu descendencia, que no se podrá contar. 11 Estás embarazada, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el SEÑOR ha escuchado tu aflicción. 12 Será un hombre indómito como asno salvaje. Luchará contra todos, y todos lucharán contra él; y vivirá en conflicto con todos sus hermanos. Esta es la primera vez que la frase, “EL ANGEL DEL SEÑOR,” aparece en las escrituras. La palabra traducida “ángel” significa “mensajero.” A través de las escrituras vemos que los ángeles nunca aceptaban adoración.
Pero como el “ANGEL DEL SEÑOR” SI RECIBE ADORACION AQUÍ, sabemos QUE NO ES un Angel cualquiera. “EL ANGEL DEL SEÑOR” no es nada menos que nuestro Señor Jesucristo pre-encarnado. Lo que los teólogos llaman teofanía, o para ser más específica, Cristofanía. Cuan típico de Jesús,… de aparecerse NO A UN HOMBRE, SINO A UNA MUJER. De aparecerse no al que está buscando la fe, sino a la que está corriéndose de la familia de la fe. Con razón la Biblia nos dice que JESUS ES EL BUEN PASTOR, quien deja a las noventa-y-nueve ovejas, para encontrar a la ovejita que estaba perdida. Si tienes hoy una gran necesidad, si te sientes que has fallado, o peor aun, si piensas que eres la peor persona en este lugar. Jesucristo está muy interesado en ti hoy día. Lo más lógico sería que Jesús se quedara con las noventa-y-nueve… pero ese no es el corazón de nuestro Pastor. El va tras la una. El va tras Agar. El va tras tuyo… tras mío. Hasta este momento, todo lo que Agar había experimentado eran problemas inmerecidos, Y AHORA UN ENCUENTRO INESPERADO CON DIOS. Dios le quiere dar una bendición totalmente inesperada. Pero antes de que Agar pudiera recibir esta bendición, ella tenía que regresar al camino de bendición, y esto no lo podía hacer corriéndose del lugar donde Dios la había puesto. Donde reciben la bendición los cristianos? En la casa de Dios. Iglesia.
Si tú has tomado una vuelta equivocada EN LA DIRECCION DE TU VIDA, COMO MUCHAS VECES HACEMOS, lo que tienes que hacer es regresar al punto donde hiciste mal, Y VOLVER A COMENZAR. CUALQUIER OTRA COSA, solo te alejará más y más de Dios.
PAUSA. Dios le promete a Agar, que su hijo Ismael, sería el padre de una gran nación. El nombre “Ismael” significa “Dios oye.” Al darle ESE NOMBRE AL HIJO DE AGAR, Dios le estaba diciendo que El escucha el lamento del afligido. Y como Agar fue escuchada, ELLA SIN DUDA ALGUNA, pudo entender la importancia del nombre de su hijo.
¡Y FINALMENTE! DESPUES DE VER COMO LA TRAMA de la vida de Agar comenzó mal ahora vemos que hay luz al final del túnel. No te ha pasado así. El ROI te está viendo y sabe que te ha sacado de ese lugar donde estabas. Ya no eres el mismo y ya no eres las misma de antes. Ya no estás en la misma condición de antes. Hay que dar gracias a Dios.
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